sábado, 22 de octubre de 2016

¡DULCES SUEÑOS! Y SUEÑOS CUMPLIDOS

Queridos lectores del blog:

Hoy, por fin, traigo a este espacio, tan mío y personal, uno de mis sueños cumplido. Gracias a la editorial Alianza, del grupo ANAYA, ya está en la calle:



Este libro es el descendiente natural del blog "El debate científico sobre la realidad del sueño infantil", y que en la actualidad ha pasado a llamarse La Ciencia del Sueño Infantil. En él expongo —organizada, actualizada, complementa y escrita de manera (espero que) amena y accesible para los no expertos— todo lo que he aprendido en 5 años de recopilación y revisión bibliográfica sobre el sueño infantil. De las 635 citas actualmente recopiladas en el trabajo completo, las 497 que he considerado más relevantes para las familias están incluidas en este libro. 

Y para los que queráis ir más allá y tener en vuestras manos la revisión completa y siempre actualizada  hemos desarrollado, en colaboración con Dormir sin Llorar y Terra Mater, el curso:


En el que integraremos toda la parte teórica completa del proyecto La Ciencia del Sueño Infantil con los 12 años de experiencia práctica de miles de madres participantes en el legendario foro de Dormir sin Llorar

La idea de ambos proyectos, el libro y el curso, es contribuir al cambio de paradigma en el tratamiento de la problemática del sueño infantil ya observado en otros países pero que en España todavía, para algunos profesionales, parece que no exista. Este cambio de paradigma no es otro que la aceptación e integración en la resolución de los problemas del sueño familiar de la perspectiva que ofrecen disciplinas como la antropología, la biología evolutiva, así como de los valores y sentimientos de las familias afectadas. Hasta ahora, en España, sigue siendo dominante el mensaje que un sector de la pediatría del sueño se empeña en trasmitir: los problemas del sueño infantil, especialmente los problemas conductuales del sueño infantil, son territorio de la pediatría y la medicina del sueño. Todavía quedan profesionales muy mediáticos convenciendo a las familias, por medio de un elaborado marketing, de que la información que llega de fuera de su limitada área de acción no debe ser considerada.  

Pero esto está cambiando, y para muestra, un botón: la editorial publicada recientemente en la revista Sleep Medicine Reviews, escrita por el antropólogo James McKenna y que presenta y comenta el artículo Parent-child bed-sharing: The good, the bad, and the burden of evidence de Mileva-Seitz, Bakermans-Kranenburg, Battaini y Luijk. 

¡Un antropólogo invitado a escribir y comentar un artículo sobre el sueño infantil en una de las más prestigiosas revistas médicas internacionales sobre el sueño! ¿Será que el sueño infantil ya no es terreno exclusivo de la pediatría del sueño?

Pues exactamente eso es lo que está pasando. La antropología ha desenmascarado a la pediatría del sueño (y no sólo del sueño) y ha puesto sobre la mesa todo el sesgo cultural sufrido por sus investigaciones, consejos y tratamientos. Por su parte, la neurología, la psiquiatría, la psicología y, en general,  todas las ciencias que estudian el estrés y sus efectos, cuestionan la inocuidad de algunos de estos tratamientos, a la vez que la sociología de la ciencia derriba el falso pedestal de autoridad que algunos pediatras muy mediáticos se habían construido, para poner a su mismo nivel no solo al resto de disciplinas científicas implicadas, sino también  a las familias afectadas por los problemas del sueño infantil, a sus valores y sentimientos, argumentando que para la obtención de soluciones de alta calidad todos los actores implicados deben ser considerados en igualdad de condiciones. En otras palabras, escenas como las de este vídeo, en el que el pediatra se siente con la autoridad de ir detrás de un padre dándole instrucciones de como desconectarse del llanto de su hijo mientras la madre sufre en el salón, NO escenifican una solución aceptable.  

Así pues, los tiempos de los métodos simplistas, vendidos al público para ser aplicados "al por mayor", en los que se aplican técnicas conductistas difícilmente aceptables desde otras perspectivas diferentes a la que fueron creados, están llegando a su fin. 

Un día este vídeo no será un ejemplo de "20 años de experiencia ayudando a las familias". Un día, por fin, la falta de ética observable en estas imágenes ya no serán avaladas por la ciencia basada en evidencia.

Un día los padres se sentirán tan seguros y bien informados que en lugar de comprar millones de ejemplares donde se explica como ser adiestrados y adiestrar a sus hijos, darán la espalda a cualquier profesional que intente obligarles, a base de amenazas supuestamente médicas, a ir en contra de sus principios, valores y sentimientos.

Un día ya no será posible seguir entrenando padres e hijos. Bastará con informar de manera rigurosa y completa sobre las posibles soluciones a una sociedad muy informada y, sobre todo, muy BIEN informada. Somos la sociedad de la información.

Porque los padres somos adultos inteligentes capaces de informarnos y formarnos. Porque nuestros hijos merecen que recuperemos la responsabilidad robada por esos expertos que nos infantilizan, pretendiendo asumir un poder que nos pertenece.

Y, sobre todo, porque amamos a nuestros hijos sobre todas las cosas y queremos lo mejor para ellos.

Y para finalizar, quiero invitaros a este evento organizado por Ileana Medina, de Tenemos Tetas, en el que nos proponemos convertir el hashtag #dulcessueños en trendingtopic en Twitter. Tras su éxito con #desmontandoaestivill, ahora Ileana pretende ayudarnos a lanzar a la sociedad española nuestro libro sobre el sueño infantil ¡Dulces sueños! como representante de este cambio de paradigma en España y países de habla hispana, y twittear sobre la importancia de un sueño amoroso, mamífero, feliz.

Si tienes un blog, te agradecemos difundir e invitar a tus lectores





jueves, 6 de octubre de 2016

¿DÓNDE QUEDAN MIS DERECHOS?

Hace ya tiempo que en este blog no toco el tema de la adopción. En su día lo traté desde mi propia experiencia personal, para exponer mi opinión y sentimientos al respecto. También tuve el honor de contar con el testimonio de una madre biológica, mi querida Chus.

Hoy vuelvo a tener el gran honor de compartir el testimonio de una mujer, de la cual ni siquiera sé su nombre, es cierto, pero desde luego sé algo incuestionable: que es fuerte. Muy fuerte.

Con su blog Las alas de Nabi, la autora nos expone su experiencia personal en toda su crudeza, dando voz, por fin, a los que nunca han sido escuchados: los niños abandonados en un sistema de protección de menores defectuoso, interesado, ignorante, anticuado y con pocas ganas de hacer una auto evaluación realmente constructiva.

El texto que leeréis a continuación ha sido leído hoy, seis de octubre de 2016, en un debate sobre el sistema de protección de menores organizado en Valencia. Está también expuesto en su blog y os animo a compartir y divulgar para que todo el mundo sepa por lo que están pasando nuestros niños más vulnerables. Es un tema muy duro, muy complicado y muy delicado. Pero eso no es excusa para que seamos capaces de ofrecer a estos niños la protección y el amor que se merecen.



¿Donde quedan mis derechos?

Por Mulyo Nabi

Llevo ya días anunciando esta publicación. No haré una entrada ni reflexión, me limito a exponer, tal cual, el escrito que hoy se lee en el debate sobre la administración y la protección de menores. Un saludo:

Estamos todos perplejos ante el último caso conocido de negligencia por parte de los servicios sociales, el caso de Joan, como le llaman sus padres de acogida, o Juan, como le llama su familia biológica, arrancado de los brazos de su madre y entregado en pre-adopción de forma prematura, y teniendo que ser devuelvo pocos años mas tarde, causando con todo el proceso un daño irreparable en su madre, que ha tenido que vivir sin él, a sus padres pre-adoptivos, que ahora pierden al que sienten su hijo, y sobre todo a él, a Juan, a Joan, al niño, que no ha podido crecer junto a su madre y que ahora tiene que decir adiós a todo lo que conoce, a quien él considera sus padres, a sus amigos, a todo su entorno, y todo por errores en la administración.

Este es un caso que se ha mediatizado, que se ha hecho público, creando un gran debate, poniendo y exponiendo a ambas partes a la opinión pública y al juicio de todo el que quiera juzgar, pero no podemos olvidar que solo es un caso más, uno de muchos, porque por desgracia, somos muchos, demasiados, los que hemos tenido que sufrir las consecuencias de un sistema que no piensa en los niños, no podemos olvidar que muchos somos o en otro tiempo, hemos sido un Joan, o un Juan.

Hace ya muchos años de mi caso, que fue muy mal gestionado desde el principio. Antes ya de mi nacimiento constan episodios de malos tratos hacia mi hermana mayor, en los que servicios médicos y vecinos denunciaron el caso en múltiples ocasiones, sin embargo, nadie hizo nada por cortarlo o evitarlo. Tras mi nacimiento ambas sufrimos abusos, y tras el de mi hermano también. Durante años sufrimos golpes, palizas y agresiones, pasábamos hambre y abandono, y nadie hizo nada. Poco después de nacer mi hermano se abrió el primer expediente por presuntos malos tratos, y me horroriza pensar que se calificó de presuntos, cuando durante años los informes médicos y diversas denuncias los estaban alertando, y aún así, pasó otro año hasta que alguien movió un dedo, dejándonos mientras tantos en manos de una mujer adicta y prostituta que seguía maltratándonos diariamente.

Con 2 años y medio aproximadamente, fui ingresada de urgencia por una hemorragia interna ocasionada por otra paliza más, una de tantas, pasé una temporada en la UCI y mi hermano tuvo que ser tratado por una grave desnutrición, el hospital denunció el caso, y aún así, cuando me dieron el alta volvimos una vez más con mi madre biológica, porque a la persona que le correspondiera tomar la decisión, pensó que donde íbamos a estar mejor que con nuestra propia madre. Pasó un tiempo hasta que alguien decidió llevarnos a un centro de acogida.

De entrada nos separaron de mi hermano pequeño, algo que nunca voy a terminar de entender. Lo llevaron a otro centro por la corta edad que tenía entonces, y a mi hermana y a mi nos metieron en un internado masificado, donde convivíamos, o mejor dicho, sobrevivíamos diariamente, niños desde los 3 años hasta los 18. Los pequeños allí éramos carne de cañón, y nadie controlaba lo que pasaba en aquel lugar. Durante 5 largos años vivimos allí, 5 años en los que yo sufrí de nuevo agresiones, palizas y violaciones por parte de otros menores. Era fácil ocultar estos hechos porque era un centro muy grande, con varias plantas, muchísimos menores para controlar entre poca gente. Las personas responsables de nosotros, las que se supone que tenían que protegernos, hacían la vista gorda cuando te decidías a contar algo de lo que pasaba, minimizaban lo que ellas consideraban “peleas de críos”, y prácticamente nos dejaban a nuestra suerte en una jungla en la que  solo sobrevivía el más fuerte.

Para seguir complicando las cosas para nosotros, cada determinado tiempo la asistenta social decidía que teníamos que volver unos días con mi madre para intentar hacer algún tipo de adaptación a la vida con ella con intención de que volviéramos bajo su custodia, porque por algún motivo que desconozco pensó que mi madre se rehabilitaría, y se obcecaba en devolvernos con ella, para volver de nuevo a un infierno. Durante esas visitas seguíamos siendo maltratados, y mi hermana y yo en más de una ocasión fuimos violadas por clientes de mi madre, que nos ofrecía a ellos, supongo que pagarían más… Como es evidente, volvíamos de nuevo al internado.

Mi madre tampoco nos dejaba ser libres de ser adoptados. La asistenta o alguien determinó que tenía que hacernos visitas cada cierto tiempo y alguna llamada, para así demostrar su buena fe, que ella se quería hacer cargo de nosotros, y por lo tanto no lo consideraran abandono. Mi madre hacía lo mínimo, pero lo estrictamente necesario para que no lo considerasen como tal, mostrando así una supuesta muestra de intención de una supuesta rehabilitación que era evidente que nunca llegaría, y que efectivamente, nunca llegó, pero mientras tanto, yo me fui pudriendo allí encerrada, sin saber lo que era el amor, el cariño de una familia, sin saber lo que era sentirse parte de algo, sin demasiadas cosas que a nadie le deberían faltar, menos aún a un niño.

Pasados 5 años mi hermano y yo fuimos adoptados por separado, mi hermana mayor tardó más tiempo aún. Yo tenía 9 años. 9 años de abusos, de humillaciones, de violaciones, de abandono, de hambre que se podían haber evitado de una forma muy sencilla, porque era un caso excesivamente claro como para no ver que no había más solución, y aun así nadie lo hizo. 9 años de mi infancia y de mi vida perdidos por una madre ausente, que le importaban más sus vicios que yo. Perdidos por una administración negligente incapaz de ver los errores internos que condenan a niños a una infancia de absoluta soledad. Perdidos una institución carente de medios ni ganas de hacer nada que permitió todo tipo de aberraciones contra niños indefensos. 9 años de golpes y de situaciones anormales que han dejado dañada mi salud de por vida, y lo peor es que se podía haber evitado.

Y ahora yo me pregunto, si lo que tiene que prevalecer en estos casos es el bien al menor, el bienestar del niño, ¿Quien veló por mi? ¿Donde estaban esas personas que debían protegerme? ¿Donde quedaron mis derechos? ¿Porque se tardó tanto en ver que mi madre no tenia intención de rehabilitarse? ¿Es tan complicado tener unas pautas en las que si un niño esta siendo maltratado, dirijan al mismo hacia una adopción sin tanta dilatación? Y lo más importante de todo, ¿Donde está la protección del menor?

lunes, 3 de octubre de 2016

SOBRE TETAS CANÍBALES Y DISPARATES DIVULGATIVOS



Yo lo entiendo, de verdad que lo entiendo. 

Entiendo que es necesario poner titulares que atraigan a la gente. Que es necesario encontrar temas que atraigan a la gente. Que es necesario escribir un artículo al mes, o a la semana o al día, (porque si no, no llego a fin de mes). Que uno es periodista (o no), que tal vez no sabe mucho sobre el tema, pero le han dicho que escriba sobre él y, encima, no tiene tiempo para informarse. 

Que sí, que lo entiendo. Pero que hay cosas que no se hacen y superan mi nivel de comprensión. Y poner como titular que Los pechos se comen a sí mismos tras la lactancia es de esas cosas que no se hacen. Y dar a entender en un artículo escandalosamente falto de rigurosidad que la lactancia puede estar relacionada positivamente con el cáncer de mama, tampoco se hace. 

En primer lugar, porque ambas cosas son mentira. Y en segundo lugar,  porque decenas, si no cientos o miles, de mujeres que sienten el cáncer de mama como una amenazadora sombra en su vida -porque su propia madre o hermana lo sufrió o lo sufre, porque ven la lucha diaria de una amiga o, simplemente, porque son unas hipocondriacas aprensivas como yo misma- están, desde que tuvieron la mala suerte de poner un ojo en semejante desatino, llenas de dudas sobre si amamantar es un peligro para sus pechos porque han leído a un iluminado que dice que "Las mujeres presentan un riesgo elevado de sufrir cáncer de mama agresivo entre los cinco y los diez años posteriores a la lactancia, y la teoría hasta ahora ha sido que el proceso posterior a la lactancia podría alimentar el crecimiento del cáncer."

Vamos a ver, alma de cántaro (sí tú, Daniel Ventura. El mismo que firma el "artículo" en cuestión), si enmendamos los errores uno por uno y por el camino bien-informamos a todas las madres deseosas de amamantar a sus hijos sin miedo al cáncer:

PRIMER DISPARATE: Cuando la lactancia termina, los pechos de la mujer comienzan a devorarse a sí mismos.

Fuente de la imagen Nasreen et al 2016
Pues no, la verdad, y que manera tan feísima de titular un mecanismo tan elegante e inteligente como el descrito por Nasreen y colaboradores. Cuando la lactancia termina, todas esas células que se produjeron durante el embarazo (EMBARAZO. Fíjate bien que esto es importante; ya verás por qué más adelante), como ya no son necesarias, entran en un proceso de muerte controlada llamada APOPTOSIS, también considerado un suicidio celular. Es un mecanismo ampliamente utilizado por el cuerpo para deshacerse de todas esas células  que, por lo que sea, ya no son necesarias. La principal característica de la apoptosis es que es una muerte controlada que no produce inflamación ni daño en los tejidos circundantes, a diferencia de la NECROSIS, que es una muerte descontrolada y dañina. Cuando una célula entra en apoptosis otras se encargaran de deshacerse de sus restos, generalmente "fagocitando" los mismos. Los barrenderos profesionales de nuestro cuerpo suelen ser los macrófagos, como su propio nombre indica, pero en el caso del pecho, y debido a que se tiene que eliminar hasta un 90% de la masa de tejido utilizada para la lactancia, las propias células epiteliales mamarias se encargan de fagocitar a sus compañeras apoptóticas, porque el número de macrófagos presente no sería suficiente como para evitar que todos estos desechos celulares fueran liberados al lumen del conducto y causasen inflamación. 

Un mecanismo inteligente y muy interesante para una bióloga celular como yo, ya que conlleva que diferentes proteínas cambien de función (durante la lactancia hacen una función secretora y durante la involución pasan a tener una función en la fagocitosis). La novedad del artículo de Nasreen citado anteriormente  (que no de Naylor, como tu afirmas; Naylor solo hace un corto comentario en el mismo número de la revista), es que parece que todo está orquestado por Rac-1, ya que las células deficientes en Rac-1 no consiguen fagocitar convenientemente a sus compañeras muertas, por lo que los cuerpos apoptóticos se liberan al lumen y producen una respuesta inflamatoria que activa los macrófagos, lo que tiene como consecuencia un daño al tejido e inflamación del árbol epitelial. Por lo tanto, según los autores, Rac-1 es responsable de que esta involución se haga sin daño para los tejidos, dejando la mama preparada para volver a comenzar el ciclo de la lactancia en el próximo embarazo. 

Todo esto es interesántisimo, y a mí se me ha caído la baba viendo las estupendas fotografías con microscopios óptico, confocal (¡¡¡¡Ay!!!! Microscopio confocal!!! lo adoro!!!!) y electrónico. Es un artículo muy bonito... pero, y siento desilusionarte, sin la más mínima relevancia social. Ahora te diré por qué.

SEGUNDO DISPARATE: El proceso, identificado por un equipo dirigido por el biólogo australiano Mathew Naylor, ocurre a nivel celular y puede ser, según el artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista Cell, un avance significativo en la comprensión del cáncer de mama.

Vale, más que disparates son errores, pero es que ¡No das una! En primer lugar, la investigación a la que te refieres ha sido publicada por Akhar, Li, Mironov y Streuli, siendo este último el director del proyecto, y el primero el "currante" oficial (dícese del becario o "precario" pre o post doctoral que está a pie de poyata haciendo los experimentos, o la mayoría de ellos, y que finalmente escribe el artículo). Este grupo de investigación está afincado en Reino Unido. Matthew J. Naylor está en Australia y sí, escribe sobre el artículo de Akhar en el mismo número de la revista, pero no dirige el proyecto, que  yo pueda ver, tal y como tu afirmas. Más me parece a mí que es un experto en el tema (su laboratorio investiga sobre los reguladores de la muerte celular transcripcionales y de la matriz celular) al que la revista ha pedido un comentario sobre el mismo, o a él le ha apetecido publicarlo. En cualquier caso, no es el que ha caracterizado el mecanismo descrito en el artículo citado. 

Y tampoco ambos artículos (el original y el comentario) se han publicado en Cell (¡Madre mía! Ni en eso te has molestado en informarte). Están en Developmental Cell (Factor de impacto 9), que no está nada mal, pero no es CELL (Factor de impacto cerca de 29).

Y por último: las repercusiones que este descubrimiento tienen o no tienen en el cáncer de mama, tal y como afirma Naylor (que yo haya leído, en el artículo original ni tocan el tema), están por ver. Por lo tanto, REPITO, un estudio muy interesante para los foros especializados pero sin ninguna relevancia social. ¿Cómo se te ocurrió utilizarlo para un artículo en el Huffington Post?

TERCER (Y PEOR) DISPARATE: Las mujeres presentan un riesgo elevado de sufrir cáncer de mama agresivo entre los cinco y los diez años posteriores a la lactancia.

No cariño: AL EMBARAZO: En palabras textuales de Naylor: 

Women have an increased risk of developing breast cancer for the first 5-10 years following PREGNANCY

PREGNANCY, esto es, EM-BA-RA-ZO.

Y por qué esto es tan importante. Porque tu error ha hecho creer a cientos, tal vez miles, de madres que por dar el pecho van a tener un riesgo mayor de tener cáncer de mama. Y no. El riesgo habrá aumentado simplemente por embarazarse porque es durante el embarazo, ya desde el primer trimestre, cuando se produce el crecimiento de los tejidos implicados en la producción y conducción de leche: conductos, alvéolos, lobulillos y lóbulos.  Es en este momento de intensa proliferación celular cuando puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, ya que los tejidos en proliferación son más vulnerables a la producción de mutaciones que puedan dar lugar a células malignas. Por el contrario, un tejido bien diferenciado y ocupado en "sus labores", como es le caso del pecho que está dando de mamar, pocas ganas tiene de proliferar y mutar. No le queda ni tiempo ni energía. 

Por lo que dice el artículo de Naylor, el segundo momento donde POTENCIALMENTE (lo que significa que todavía no está demostrado) puede aumentar el riesgo es la involución, ya que si se acaba produciendo inflamación, o ésta se realiza de manera defectuosa, TAL VEZ (no se sabe a ciencia cierta) aumente el riesgo. Pero este riesgo no está en absoluto relacionado (y mucho menos POSITIVAMENTE RELACIONADO) con la lactancia. Cuando una mujer se queda embarazada las glándulas mamarias van a aumentar y luego involucionar, independientemente de si entre ambos procesos ha dado o no de mamar. Y es precisamente el dar de mamar lo que se ha demostrado sin lugar a dudas como un factor que PREVIENE el cáncer de mama. 

Por otra parte, y a pesar de que el riesgo de cáncer de mama aumente en este periodo de 5 a 10 años tras el embarazo, según Helewa y colaboradores, considerando el riesgo total durante toda la vida, éste todavía es menor en la mujer que ha tenido hijos que en la mujer que no se ha quedado embarazada nunca (nulípara).  

Mira si cambia el mensaje cuando se empieza a añadir este tipo de información relevante ¿Verdad?

Así que con tu pésimo ejemplo de divulgación estás dando a las mujeres exactamente el mensaje contrario a la realidad. LA LACTANCIA MATERNA ES UN FACTOR PREVENTIVO EN EL CÁNCER DE MAMA. Esa es la realidad. 

Y es que todo este proceso de crecimiento de la glándula mamaria en el embarazo e involución posterior tiene como objetivo único la lactancia materna. Cuando esta no ocurre, es evidente que hay más probabilidades de que algo no se realice correctamente. La falta de lactancia materna tras el embarazo y parto, o los destetes tempranos y bruscos, que generalmente sí producen inflamación, posiblemente puedan estar relacionados con un aumento del riesgo. Pero ¡OJO! Que estas afirmaciones también son hipótesis, de ahí que no pare de usar el condicional. De momento la única certeza es que la lactancia es un factor preventivo del cáncer de mama, incluso en las condiciones en las que se realiza predominantemente en nuestra sociedad occidental (destetes tempranos, pocos hijos y muy tarde, etc.).

Una lactancia "natural" (de varios años) seguida por un destete paulatino que da tiempo a las células a ir limpiando el material apoptótico de manera paulatina y sin traumas, muy posiblemente conlleve una disminución del riesgo de cáncer de mama muy significativa. Teniendo en cuenta que en nuestra sociedad este tipo de lactancias "prolongadas" y naturales son excepcionales, esto está todavía por  investigar y demostrar. Pero a mi no me sorprendería nada que estas evidencias aparecieran en un futuro cercano, ahora que la lactancia materna está recibiendo el apoyo unánime que merece por parte de las organizaciones y autoridades sanitarias, a pesar de los intereses económicos de ciertas empresas alimentarias y las meteduras de pata de algunos sectores de los medios de comunicación.